El Gobierno había asegurado que iba a reemplazar a Redrado al frente del Banco Central.
Mario Blejer es un hombre muy solicitado. En el Gobierno su nombre sonó varias veces para ocupar el Ministerio de Economía y, en enero, en plena crisis con Martín Redrado, se llegó a asegurar que era el próximo presidente del Banco Central. Pero nada de eso ocurrió. Y ayer Blejer se reunió con un grupo de diputados del bloque Peronismo Federal, que lideran Felipe Solá y Francisco de Narváez.Fue una reunión técnica para hablar de la economía mundial y de la situación argentina en particular. Pero lo curioso fue que participaron dos ex presidentes del Banco Central que fueron funcionarios durante la gestión de Eduardo Duhalde como presidente: Blejer y Aldo Pignanelli, economista de consulta dentro del peronismo.
Blejer fue titular del BCRA entre enero y junio de 2002, y Pignanelli ocupó ese sillón desde junio hasta diciembre de ese mismo año. Ambos trabajaron con Roberto Lavagna como ministro de Economía, quien podría participar pronto de estos encuentros con economistas que los diputados del bloque Peronismo Federal vienen realizando.
Ayer Solá, De Narváez, Claudia Rucci, Eduardo Amadeo, Alfredo Atanasof, César Albrisi, Ramón Puerta y Francisco Fortuna, entre otros diputados del peronismo disidente escucharon a Blejer y a Pignanelli con mucha atención.
Los disertantes, que pidieron que la reunión fuera a puertas cerradas, se refirieron a que la recuperación de los países emergentes beneficia a la Argentina, aunque señalaron que la aversión al riesgo financiero no atrae capitales, y subrayaron que en el país hay muy pocas inversiones extranjeras.
"Traté de explicar esta dicotomía en la que está inmersa Argentina: porque por un lado el crecimiento que tendrán China y Brasil garantiza que la economía argentina tendrá un piso de crecimiento del 4 %, pero por otro lado hay mucha incertidumbre financiera por todo lo que está pasando en Europa", dijo Blejer al finalizar el encuentro. A la hora de las preguntas, no faltó la referencia al Banco Central y al polémico Fondo del Bicentenario. Fue el turno de los políticos, que ratificaron que rechazarán el decreto que lo creó.