domingo, 19 de julio de 2009

Apuntes para un proyecto de juventud orientado a la consagración de una Argentina productiva liderada por Felipe Solá.

En las puertas del bicentenario de la fundación nacional de nuestro país, regido por el sueño “por una patria justa, libre y soberana” surge la necesidad de plantear en base a lo recorrido la idea de una concepción que dé el paso siguiente de esta continua evolución que ha transitado el pueblo argentino.

En medio de un contexto internacional que exige tres elementos para la satisfacción de sus necesidades más básicas (espacio terrestre, energía y alimentos) surge que la Argentina posee la capacidad para ocupar en el plano mundial un rol estratégico.

Como adelantó el General Perón en sus clases de la Escuela Superior Peronista, los recursos del mundo serán cada vez más limitados y restringidos.

La Argentina en este sentido, aún no ha sabido encontrar su techo productivo.

La base estructural sobre la que se cimienta la esencia del modelo económico argentino, siempre ha sido, es y será la producción.

La experiencia democrática que nos deja como legado nuestra historia a los jóvenes nos indica que el futuro no está en el pasado.

En este sentido, vale destacar como elemento esencial de este futuro, el surgimiento de nuevos tipos de liderazgo.

La República Argentina necesita posicionarse en el mercado internacional y que lograr que esta acción repercuta en su economía interna, para esto se requiere de un líder que, como decía Licurgo el espartano no sea “ni bueno, ni malo sino coherente”.

La coherencia es un bien escaso en un país de herencia cultural latina, acostumbrada a las personalidades mesiánicas que erigen grandes promesas, se convierten en esperanzas y de generan decepciones de la misma o aún más profunda magnitud.

El caldo de cultivo histórico que generan estos elementos son los condimentos catalizadores de crisis como la actual, donde el político es visto como el enemigo, o aún peor, ni siquiera genera interés.

En este acotado y básico mapa de la realidad surge la importancia de los medios de comunicación y la alienación que produce el mundo virtual y paralelo que es Internet que no pueden ser perdidos de vista.

Tradicionalmente se ha comprendido al Estado desde sus distintos componentes estamentales:

La base y fundamento de la sociedad es la familia. De este elemento del cual surge conglomeradamente y en interrelación el surgimiento de la sociedad civil, la cual escoge una forma democrática para auto-gobernarse, que por una necesidad de impedimentos cuantitativos requiere la representación para la toma de las decisiones.

El conjunto de estos representantes se denomina sociedad política.

El Justicialismo como movimiento nacional y popular parte de principios que se evidencian en los distintos tratados doctrinarios de nuestro partido.

No en vano el Gral. Perón, gran estadista y ejecutor de sus propias ideas, concebía a la familia como el estandarte de su finalidad como político. Es de aquí que parte la principal causa de la idea de “justicia social”.

La justicia social, exige la redistribución de las riquezas, cuyo regulador por excelencia es el trabajo (aunque ya no sea el único) y apelar al más profundo y compartido sentido de justicia “dar a cada uno lo que le corresponde”.

El éxito de la justicia social es la única esperanza para la re-comunión que deberá tener la familia con la sociedad política. La sociedad civil como masa estará mejor como comunidad dependiendo de la relación entre estos factores.

Es por esto que el líder que requiere la Argentina tenga una concepción del potencial productivo que la misma posee.

Felipe Solá es ese líder que la Argentina necesita.

El mensaje de Felipe Solá debe ser llevado a toda la Argentina por distintos apóstoles, uno de esos apóstoles deben ser los jóvenes como entidad sólida y unida.

En la conformación de este proyecto surge necesario abrir canales que posibiliten la participación, formación e integración de jóvenes que se sientan identificados con el proyecto.

A su vez, estos mismos jóvenes integrados a la estructura retroalimentarán a la misma y llevarán el mensaje al resto de la Argentina.

La mesa de nacional de Unión Joven Peronista tiene un esquema de trabajo horizontal.

La función de la mesa nacional de Unión Joven Peronista es una disposición abierta al pedido de las juventudes de cada distrito en particular y pueden solicitar asistencia de tipo técnico o político.

Existe la posibilidad de que en este camino uno se pueda equivocar, pero será el signo claro de que se estará trabajando y a esas equivocaciones se le dedicará el doble de trabajo para enmendarlas.

Tenemos el gran desafío de evitar que se vayan todos y hacer que vengan todos.

Los jóvenes le deben perder el miedo a la participación, ser un ejemplo en sus comunidades, demostrar que el futuro no esta perdido.

El compromiso es el de la recuperación de la mística justicialista, esparcirla entre los jóvenes, pero reconvenida a los términos que exige el nuevo siglo, compuesto por compañeros y compañeras, que tengan el convencimiento y la pasión que se requieren para contagiar en los momentos en que más se nos necesite.

La pasión por participar en las decisiones que atañen a la comunidad, la vocación de servicio y nuestras ganas tendrán como finalidad el bienestar común y la recuperación de un espíritu que está en extinción y que es el del altruismo.

Unión Joven Peronista, es una invitación a trabajar con seriedad y planificación, soñando en el camino con poder llevar adelante nuestros ideales, porque siendo peronistas nuestro horizonte es claro: La organización comunitaria de la República Federal Argentina.